corfú

Para mí, los años comienzan en Septiembre, con el curso escolar; es cuando hago mis propósitos y mis cambios y este año me he hecho el propósito de viajar, de terminar de conocer España y conocer, al menos, tres sitios nuevos en Europa.

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Me han regalado un cuaderno de viaje precioso, para escribir mis impresiones y guardar fotos y recuerdos y no tengo más remedio que rellenarlo, no hacerlo sería un desprecio a quien me lo regaló, así que, como una señora o como mochilera, este año viajo.

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Pero hay un sitio al que no quiero ir, Corfú, no quiero desilusionarme; he leído tantas veces la trilogía de Gerald Durrell sobre la isla, que me parece que he estado allí y he visto las calas y la costa turca y me he bañado en el mar azul y he hablado con los campesinos y me he empapado de la filosofía de la isla e incluso he bebido ouzo.

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Así que ya lo conozco, y no vaya a ser que me encuentre con rascacielos al borde del mar, urbanizaciones en lugar de olivares y chiringuitos en los monasterios, y se me desplome el ideal.

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Los tres libros se llaman: Mi familia y otros animales, Bichos y demás parientes y En el jardín de los dioses, y, de verdad, no tienen desperdicio.