martes, 31 de marzo de 2009

sonidos



Hay sonidos que se tienen registrados en la memoria, recuerdan una situación o una época. Yo tengo un montón. Algunos ya no se oyen, otros se oyen poco y con el tiempo se perderán. No me estoy refiriendo a la música, me estoy refiriendo a sonidos, que pueden ser agradables o no, o simplemente ruidos.


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Unos pertenecen a mi infancia. En mi casa había una cocina cuyo tejado se reparaba todos los veranos, pero en invierno, impepinablemente, tenía una gotera cuando llovía y se solucionaba poniéndole debajo un cubo de zinc; el clonc, clonc, clonc de la gota era desagradable, pero a mi me producía sensación de, estoy en casa y todo esta bien.Este sonido se debe de haber perdido, ya no existen cubos de zinc.


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También de mi infancia son las campanas, vivía al lado de una iglesia, y la armónica del afilador y la campana de la niebla para avisar a los barcos (este también debe de haber desaparecido) y las sirenas de los barcos entrando en el puerto, el cántico de la vendedora de cupones....


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De mi época de estudiante son los cascabeles de los coches de caballos en primavera y mas adelante, cuando vivía en un pueblo, las chicharras de las tardes de verano y el cuerno del pregonero.


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Todos estos sonidos en su momento no me molestaban y ahora, cuando los oigo, me gustan, porque me traen recuerdos. Pero va a ser muy difícil que dentro de unos años recuerde con agrado el sonido de la taladradora que, por un motivo o por otro cada dos por tres, resuena en mi calle.


13 comentarios:

Carlos dijo...

Muy bonito post, todos crecemos rodeados de sonidos que se cuelan en el fondo de nuestro corazón y permanecen alli inexorables al paso del tiempo.

Ana dijo...

Lindo post. Me trajo lindos recuerdos =)

Altea dijo...

¡Ah, el sonido del afilador! Yo los he pillado también.

Cecy dijo...

Sabes, siempre recuerdo el sonido de las carreras de autos de los domingos por la mañana al despertarme, era muy pequeña casi tres años, era mi padre que las miraba, y tengo tan guardado ese sonido, me sentia tan cuidada al despertar, creo que esa era la relación.
Por eso hoy vive en mi.

Me encanto.

besos.

Abuela Ciber dijo...

Es cierto sonidos acompasados a las épocas, ahora podríamos decir que son ruidos en su mayoria molestos.

Cariños

La Dama Zahorí dijo...

El afilador todavía pasa por las calles de mi pueblo... va en coche, pero sigue con la armónica en sus labios, como antaño. Mi padre aún tiene cubos de zinc en el gallinero, y su clonc-clonc bajo el grifo del pozo añade un sonido más a las tardes de verano... desde luego, tienes mucha razón en lo que cuentas, espero no tener que echar de menos estos sonidos.

Un beso.

Fernando dijo...

Hola, María Jesús, tu post es muy bonito y muy cierto, porque basta un pequeño sonido (como los que tú citas) o un pequeño olor o un pequeño sabor para que, de golpe, volvamos a esos años felices, tan lejanos. Si, además, viviste cerca del mar, en Ceuta, pues el contraste con la tierra adentro de Madrid es todavía mayor.

Intenté recordar algún sonido de mi infancia, pero sólo se me ocurre uno: el de aquellas ollas a presión que iban acelerándose y que al final sonaba un silbido, para avisar de que el plato estaba hecho. ¿Te acuerdas?

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Has traído a mi memoria los sonidos de mi niñez y me has hecho rejuvenecer un montón de años. Había muchos y muy característicos pero dos de los más recordados por mí son el del piconero vendiendo picón por las calles para hacer braseros...!!!Al picón quiéééén!!!... y el vendedor de sandías... !!!Sandías colorás, a raja y caaaaala!!!... acompañados del taconeo de las herraduras de los burros en cuyas alforjas transportaban la mercancía.
María Jesús, acabo de enlazarte, que no sé por qué yo creía que lo había hecho ya hacía tiempo.
Un beso.

Fran dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Fran dijo...

Ganan por mayoría los sonidos de los pueblos. Allí, en esa tranquilidad, hasta las puertas de los armarios suena diferente.
Yo recuerdo el entrañable sonido del rebaño de ovejas con sus beeees y sus cencerros. Y según leía tu entrada iba pensando en el del pregonero, ¡se hace sabeeeer.. ¡ pero no me acordaba como se llamaba la trompetilla y tu lo has escrito precisamente ¡era el cuerno! Tenía esa forma.

maria jesus dijo...

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Ultimamente ando mal de tiempo y como tengo el vicio de visitaros casi a diario, no me da tiempo a responderos uno por uno.Pero los leo todos siempre y os lo agradezco mucho.

Despues he recordado mas sonidos, las campanillas de la iglesia, el odioso sonido del programa de futbol en la radio, las tardes de los domingos,carrusel deportivo creo que se llamaba , el cañonazo avisando que eran las 12 del mediodia en Ceuta y el toque de oración y bajada de la bandera por las tardes.

En fin, otros tiempos. Un abrazo a todos

Hilda dijo...

Es que quien puede recordar al ruido Ma. de Jesús, es terrible la cantidad de ruido que genera el ser humano. Ahora bien, por lo menos el del taladro es que alguien construye ¿y el de la música alta porque la gente no respeta a los demás? en fin. También hay sonidos en mi memoria, hay canciones que me traen muy gratos recuerdos, los pájaros cantando, en fin. Saludos cariñosos. Hilda

Jim dijo...

Hola,
Dime una dirección de e-mail donde escribirte. Tengo una información que quizá te interese incluir en tu blog.
Mi correo: janaru@gmail.com

Un saludo.