viernes, 18 de enero de 2008

nombres

Una de las cosas en las que los abuelos son bastante impertinentes, es en la cuestión del nombre de los nietos. Raro es el abuelo que no quiere que su nieto se llame como él, aunque su nombre sea de esos que horripilan, y someten a los padres a una presión constante. Conozco a uno que dejó caer que se "gratificaría" que le pusieran su nombre; en mi caso, cada vez que tenía un varón, mantenía el mismo diálogo con mi padre:

--¿Como se va a llamar el niño?
--Pablo
--Es bonito, yo le hubiera puesto Enrique, no porque me llame yo así, sino porque me gusta.

Tengo que decir que , al cuarto, lo consiguió.

Una de mis hijas, sin embargo, se niega en redondo a poner a su hijo el nombre de su suegro que, a toda costa quería ponérselo aunque fuera niña, y cuando ya no le quedó más remedio ,porque la cosa adquiría categoría de tragedia familiar, dijo que si era por abuelos, se le ponía al niño el nombre de su padre( que ha fallecido) primero, y ahora la criatura tiene un nombre más largo que él. Sus hermanos lo han arreglado y le llaman Pepe.

4 comentarios:

j.a.varela dijo...

En mi vida de médico militar conocí un soldado que se llamaba Trademark Rodríguez. Sorprendido le pregunté si así le decían en su familia, tranquilizándome me dijo que no, que solo le decían Trade.

Así que suerte que no era pariente tuyo.

De paso, que si te parece bien, incluyo tu blog en los recomendados de http://familiaenconstruccion.blogspot.com/

j.a.varela

maria jesus dijo...

Me parece estupendo. muchas gracias

alejops dijo...

¡Qué buen blog!
Me ha gustado mucho el vídeo. Ya se está haciendo famoso...

veronica dijo...

Felicitaciones Ma Jesús por tu -evidentemente superada-ineptitud frente al ordenador...Ya me gustaría tener tu habilidad, o quizás debiera decir tu paciencia y tesón para lograr montar un blog. Está claro que es mejor ser constante que brillante. Los currantes siempre triunfan frente a los pequeños Einstein si éstos sólo tienen una gran inteligencia y ninguna capacidad de trabajo y esfuerzo personal.
Cuando vivía en Venezuela me parecían tan normales los nombres biblico-histórico-mitológicos, quizás porque los amigos de mi pandilla se llamaban Victor Hugo, Menelao, JorgeWashington y Japhet!!! Es auténtico y creo que todos los nombres tienen su gracia... sobre todo si logramos pronunciarlos correctamente. Mi nieto de 9 meses vive en Gran Bretaña y el aparentemente sencillo "Alejandro" ,se convierte en una onomatopeya de gruñidos incomprensibles cada vez que lo nombran!!! La J para los foráneos es misión imposible. Así que he aprendido a apreciar la música que encierran Menahem, Ilán (árbol en hebreo) Nur y Orit (luz en árabe y hebreo repectivamente), Bethany o Asher (es Fortunato, si queremos traducirlo).Me parecen todos preciosos si son elegidos libremente y no impuestos por tradición o cabezonería...Y por suerte hoy la Administración nos deja la libertad de decidir, cosa que hace 40 años no era posible...de hecho mi nombre real era Vera, y al llegar a España le antepusieron Maria. Tuve que decir que se trataba de un diminutivo de Verónica, que es lo que figura en mis papeles.