domingo, 12 de octubre de 2014

Infancia


Leí el otro día un artículo de una madre que decía que estaba harta de hacer mágica la infancia de sus hijos, que la infancia es mágica en si, sin necesidad de piscinas de bolas,
 
Yo no se si los niños del tercer mundo conseguirán tener magia en su infancia, quiero pensar que si, porque la capacidad de asombro de un niño es ilimitada; los que han vivido en esos sitios, donde falta todo, dicen, que, para saber como se puede ser feliz sin nada, hay que ir allí. No se, pero mucho me temo que los del primer mundo algún día tendremos que dar explicaciones de ese nada.
 
Pero de lo que quería hablar es de la capacidad de asombro de los niños. Hoy, en el desfile militar, la princesita de Asturias y su hermana estaban encantadas con los aviones  y se lo señalaban a su madre, aplaudieron a la cabra de los legionarios y se veía que lo estaban pasando divinamente.
 
Me contaba mi abuela que su padre despachaba con la reina Cristina, cuando Alfonso XIII era un niño, en el despacho que daba al balcón de la Plaza de Oriente, y que el rey. de unos ocho años , entraba y salía sin parar al balcón, hasta que se dieron cuenta que lo hacía porque el guardia de la garita cada vez que salía le presentaba armas.
 
Cada tiempo tiene sus formas. Me gustaría que los niños de ahora tuvieran una infancia tan especial como los de antes, porque eso es un baúl de recursos en la edad adulta. De momento la tienen más corta, a cambio , su adolescencia es mucho más larga, y eso no se si es bueno.
 
 
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8 comentarios:

Gabriela dijo...

Y eso se agrava por la presión de los adultos, como esos ridículos concursos de belleza para niñas de cinco años, donde vemos a criaturas que apenas han aprendido a hablar caminando con tacos y más maquilladas que una modelo profesional de pasarela.

Fernando dijo...

Bueno, María Jesús, más que tener una adolescencia larga lo que tienen es una adolescencia permanente, hasta la jubilación. Y, sí, yo debo haberme hecho mayor porque siento que antes la infancia era mejor y que fuimos mucho más felices con mucho menos. Así lo siento yo.

Luisa dijo...

Pues ya te digo yo que no, que eso de tener una adolescencia interminable es malo malísimo, pero para todos, para todos, incluso para ellos.

Muy monos los niños, ya sean princesas o reyes o de a pie, como la inmensa mayoría.

Besos, muchos

Luisa dijo...

Pues ya te digo yo que no, que eso de tener una adolescencia interminable es malo malísimo, pero para todos, para todos, incluso para ellos.

Muy monos los niños, ya sean princesas o reyes o de a pie, como la inmensa mayoría.

Besos, muchos

maria jesus dijo...

Gabriela, creo que lo que dices es algo que debería estar prohibido por ley

maria jesus dijo...

Fernando, pienso igual que tu; lo que me preocupa es que hemos sido nosotros los que los hemos educado

maria jesus dijo...

Claro que es malo para ellos, Luisa, su nivel de frustración es tremendo, es el problema de haberlo tenido todo

ALMA dijo...

Creo que las infancias de antes y de ahora no son ni mejores ni peores, solo distintas, por la época y las circunstancias que nos toca vivir.

La capacidad de asombro de los chicos es igual en cualquier cultura, idioma y standard de vida. Luego viene el doloroso cambio.

Al comentario sobre las travesuras del Rey, agrego que algo similar hacia la Reina Isabel de Inglaterra, cuando era una niñita que volvía locos a los guardias.