miércoles, 7 de marzo de 2012

Charla

He ido a Misa a mi parroquia, la llevan los franciscanos y oficiaba el cardenal Carlos Amigo, que después daba una charla cuaresmal. La iglesia estaba de bote en bote; mi barrio es un barrio de viejos,¡ con decir que en estos eventos yo pertenezco a la juventud del aforo, y además confieso que me gusta.!

Me quedé a la charla. Era sobre los dones del Espíritu Santo. El cardenal habla de cosas profundas con sencillez, para que lo entienda todo el mundo, y además habla muy bien.

Me ha tocado el tema del amor, me ha dado una visión distinta a la habitual. Dice que nosotros tenemos que amar, pero también tenemos que ser amados por los demás, y es un acto de caridad ponérselo facilito, es decir, revocarnos la fachada por dentro, hacernos dignos de ser queridos, para que los demás no tengan que realizar un acto heroico para amarnos.

Me he ido después a dar un paseo sola para desmenuzarlo en profundidad.



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9 comentarios:

Gabriela dijo...

Lo dice el segundo mandamiento: amar al prójimo como a sí mismo. Es decir, primero debemos amarnos para poder amar a otros, lo que genera una enorme cadena de amor.
Qué lindo post.

Lola dijo...

Upa! Qué excelente reflexión!
Nunca lo había pensado así, y qué difundido está eso de querer al otro como algo heroico no? Cuando no se trata de eso, no solo del lado del que ama sino del otro!
Me encantó la entrada, gracias por compartir tan reveladora reflexión!
Besos!

Miriam dijo...

Acostumbrada a oir eso de que es más importante dar que recibir, amar que ser amados, me quedé parada la primera vez que oi a un sacerdote decir que necesitamos amar y también ser amados.
Lo de facilitar a los demás el que nos quieran, no lo había pensado. Es un buen punto para la cuaresma
Gracias¡

maria jesus dijo...

Gracias a vosotras por visitarme. Me alegro que tambien os haya gustado la reflexión, a mi me tocó, y por eso he querido compartirla

Fernando dijo...

Qué suerte, María Jesús. Me hubiera encantado oírle.

Tuve ocasión de hacerlo hace años, en la Semana Santa de Sevilla, fui a los oficios a la Catedral y predicó Don Carlos. Me recordó la frase del Evangelio sobre Jesús, hablaba con autoridad, no era un blabla tedioso sino vida, era evidente que el Evangelio era para él carne de su carne, sangre de su sangre. Salimos impresionados, claro.

Así que: qué envidia.

maria jesus dijo...

Efectivamente Fernando, fue como dices. Yo he comentado la parte que más me ha llegado, pero no hubo deperdicio en toda la charla

PEPE LASALA dijo...

Gran entrada Maria Jesús, me ha encantado la reflexión amiga. Muchísimas gracias de todo corazón. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/

Militos dijo...

Qué idea tan genial en la que nunca había reparado, eso de ponérselo facilito para que nos amen es todo un acierto.

Siempre me gustó Mons. Amigo
También como las comentaristas anteriores te doy las gracias por esta revelación.
Un beso, jovenzuela

Silvia Parque dijo...

Me gusta la idea.